Los juguetes de estimulación son fundamentales en el desarrollo de los niños entre 1 a 5 años, ya que esta es una etapa clave para el desarrollo del lenguaje y la comunicación. Como fonoaudióloga, recomendaría juguetes que fomenten la interacción, el juego simbólico, la motricidad fina y gruesa, así como la atención y la memoria.

Para los niños de 1 a 2 años, los juguetes ideales son aquellos que estimulan la exploración sensorial y la comprensión de causa-efecto, como bloques para apilar, juguetes para encajar formas y libros con texturas. También son beneficiosos los juguetes que producen sonidos, como instrumentos musicales o elementos que emiten sonidos al presionar botones, ya que estos ayudan a los niños a desarrollar la escucha y la imitación de sonidos.

De 2 a 3 años, los niños se benefician de juguetes que promueven el juego simbólico, la imaginación y la construcción de vocabulario, como cocinas, muñecos y vehículos. Estos juguetes les permiten imitar situaciones de la vida real y crear diálogos, fomentando así su habilidad narrativa y el desarrollo de la sintaxis.

Para los niños de 3 a 4 años, es importante introducir juegos que requieran turnos y reglas simples, como juegos de mesa sencillos, para desarrollar habilidades sociales y de atención. Los rompecabezas simples y los juegos de clasificación de colores y formas también son excelentes para estimular la motricidad fina y el pensamiento lógico.

Finalmente, para niños de 4 a 5 años, los juguetes deben ser más complejos y desafiantes. Entre ellos podemos encontrar juegos de mesa que potencien el desarrollo de la memoria y estrategia, los rompecabezas más complejos y los kits de ciencias simples son excelentes para preparar a los niños para el aprendizaje escolar. La lectura interactiva, con preguntas sobre la historia y discusiones sobre los personajes y la trama, también son cruciales para el desarrollo de las habilidades discursivas.

Es esencial que los padres y cuidadores participen en el juego con los niños, guiando su interacción con los juguetes y proporcionando modelos de lenguaje para imitar. Los juguetes deben ser vistos como herramientas para la interacción y el aprendizaje, no solo como entretenimiento. La clave es la calidad del tiempo de juego, no la cantidad de juguetes.